El
pasado día 11 de julio un grupo de unos 70 jóvenes procedentes de La Salle Arucas
y La Salle Antúnez de entre 15 y 17 años (4ºESO y 1ºBach) comenzaron el Camino
de Santiago, actividad de verano ofertada por la Pastoral desde hace algunos
años. Al ser un grupo tan numeroso fue
imposible sacar billetes de avión para ir todos juntos, teniendo que madrugar
algunos más que otros, pero al final de la tarde de ese día ya estábamos todos
listos para partir desde el Aeropuerto de Lavacolla hacía Mondoñedo, nuestro
primer destino del Camino. Una vez allí
nos reunimos con el resto de participantes de la actividad procedentes de
distintos colegios de Madrid, Tenerife y de Castilla La Mancha, haciendo que al
final fuésemos un grupo muy numeroso, en torno a 160 chicos.
La
actividad del Camino de Santiago va alternando la ruta de un año a otro, así
que este año tocaba hacer el Camino del Norte.
Nosotros partimos desde Mondoñedo, haciendo un total de 170km y
descansando en los siguientes pueblos: Abadín – Villalva – Baamonde – Sobrado
dos Monxes – Arzúa – Arca – Santiago. El
horario seguido a diario siempre era el mismo.
Levantarnos a las 6 de la mañana, recoger las cosas y desayunar para a
las 7 ponernos en Camino. Cada uno
llegaba al siguiente pueblo a su ritmo, allí nos encontrábamos al equipo de
cocina que nos recibía con una sonrisa y un buen trozo de melón o sandía para
reponer fuerzas. Después ducha y
relajarnos hasta la hora del almuerzo. Al terminar de comer se daba tiempo libre para
hacer compras, hacer algo de turismo por el pueblo o simplemente descansar. A eso de las 7 de la tarde teníamos un pequeño
tiempo de catequesis, enfocada hacía la reflexión en los distintos valores que
podemos aprender del Camino. Luego nos
reuníamos todos para la oración y puesta en común de lo trabajado durante la
tarde, y a eso de las 9 de la noche se servía la cena. Finalmente sobre las 11 nos íbamos a descansar
para afrontar con fuerza la jornada del día siguiente.
Tras
siete caminatas el día 19 llegábamos a Santiago, y después de una gran entrada
por sus calles haciendo que todo el mundo se parase a vernos y que nos
preguntasen de donde veníamos, por fin conseguimos nuestro objetivo. Las lágrimas y los abrazos se sucedieron en la
Plaza del Obradoiro, justo enfrente de la Catedral del Apóstol.
Sin
duda han sido diez días cargados de buenos momentos y grandes anécdotas: La
caminata de los 43km hasta Sobrado dos Monxes, el baño en el río de Baamonde,
la entrada a Santiago gritando y cantando todos juntos,… Pero también se ha
sufrido, salido ampollas, dolido hombros, pies, rodillas, tobillos,… Por todo
ello el Camino de Santiago es una experiencia única, un momento de reflexión
sobre el camino de nuestra vida, y un tiempo de compartir y sentir a Jesús en
nuestros corazones a lo largo del Camino.
A
continuación Mónica, Alicia e Iria, tres compañeras de Camino, quieren compartir con nosotros unas palabras sobre su experiencia y dejarnos
dos vídeos que han realizado durante esos días con mucho cariño.
Tras
10 días de sudor, cansancio, sacrificio... Llegamos a casa y nos damos nuestra
primera ducha con agua caliente. Relajamos los músculos y huesos que después de
tantos kilómetros recorridos dan la sensación de no poder soportar ni nuestro
propio peso. Relajamos también el alma y
el corazón pues llegan al hogar sobrecargados de emociones y experiencias
vividas en los maravillosos días comprendidos entre el 11 y el 21 de julio.
Podemos
asegurar que este verano no hemos realizado un simple viaje de esos que se
olvidan a las dos semanas y de los que conservamos un par de fotografías
nuestras junto a esculturas o personalidades famosas. No, no hemos realizado un
simple viaje, ya que en nuestro corazón permanecen tatuados nombres de
personas, anécdotas, sonrisas, lágrimas, recuerdos buenos y no tan buenos. Podemos decir con orgullo que hicimos el
Camino de Santiago y que aprovechamos cada minuto, cada paso, cada tiempo
libre, cada oración para forjar momentos únicos e irrepetibles que nos han
servido para conocer a gente maravillosa a la que no habíamos visto nunca o a
personas que veíamos más a menudo pero que nunca habíamos tenido la oportunidad
de conocerlas un poco más.
No
somos capaces de explicar cómo, en tan pocos días, se han creado lazos de unión
y amistad tan fuertes entre jóvenes, animadores y hermanos lasalianos que
ahora, cuando nos separamos en el regreso a casa, sentimos que dejamos atrás a
una gran familia, a la gran familia de La Salle que, año tras año, profundiza
sus raíces de valores, experiencia y fe en nosotros ganándose un hueco cada vez
mayor en nuestro corazón.
Por
ello, queremos agradecer a todos los participantes y a todas las personas que
han hecho posible que vivamos, algunos por primera vez otros por segunda, esta
experiencia tan enriquecedora y emocionante como es el Camino de Santiago. Gracias por despertarnos con ánimo y con la
melodía de un gran himno todos los días a las 6 de la mañana, gracias por esas
ampollas tan agradables en los dedos de los pies, gracias por esas etapas de
dolor en las que no podíamos más pero que con la compañía y apoyo de la gente
hemos logrado superarnos y conseguir llegar a la meta, gracias a todas y cada
una de las personas que en momentos duros han sido como nuestros hermanos,
porque eso es lo que somos, hermanos y como tal logramos llegar a Santiago
todos juntos sin dejar a nadie atrás. Gracias
compañeros, amigos, amores, hermanos. JUNTOS
HEMOS HECHO CAMINO.
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